¿18 economías de la UE en desequilibrio?
Como profesor universitario, siempre he pensado que algo falla (posiblemente el profesor o/y el programa de la asignatura) cuando hay un gran número de suspensos. Hoy la Comisión Europea, como árbitro del partido económico que jugamos 28 países de la UE, ha pitado una falta por «fuera de juego» a 18 países. Sólo 10 países miembros no presentan «desequilibrios» según las estrictas normas del «Mecanismo de Alerta» que se aplica a través de una decena de indicadores clave sobre potencia exportadora, deuda externa o pública, paro,…Tal es el caso de Austria, Dinamarca, Polonia y otros siete países de menor tamaño.
Paises como Reino Unido, Bélgica, Holanda o Suecia se les detectan desequilibrio «a seguir». Alemania y Hungría se considera que ya deben tomar políticas activas para reducir algunos desajustes. Un paso más se pide a España, Irlanda y Eslovenia que están con un seguimiento específico por parte de la Comisión. El nivel siguiente es ya calificado de «desequilibrio excesivo» e incluye p.ej. a Portugal, Italia o Francia. Mención aparte para Grecia y Chipre, ya con Programas de Ajuste especiales.
Con mayor o menor grado de capacidad de negociación según los niveles de desequilibrio, hay un «semestre europeo» (marzo-agosto) que culmina con el Proyecto de Presupuesto a aprobar internamente por cada país en septiembre- octubre.
Para los seguidores más interesados puede consultarse en la página de la Comisión Europea el informe «In-Deph Review» para España (y para los restantes países). Como resumen puedo adelantar que los desequilibrios que detecta la Comisión se refieren a tasa de paro ( muy por encima del umbral considerado como aceptable del 10%); la deuda bruta de las Administraciones Públicas (en el entorno del 100% del PIB, frente a la referencia del 60%) y la posición de inversión internacional neta (activos menos pasivos financieros respecto al resto del mundo) que casi triplica el nivel recomendable establecido por la Comisión.
Por supuesto estas reglas establecidas tienen una parte técnicamente razonable y otra arbitraria y discutible, en particular según la situación y posibilidades de ajuste en el tiempo de cada país. Como ejemplo extremo citaré solo el hecho extremo y significativo de una obsesión por el equilibrio financiero que establece un límite superior al flujo de crecimiento del crédito privado (14%) y olvida el desequilibrio empresarial y personal de tasas de variación muy reducidas o incluso negativas. ¡Son los privilegios del arbitro, pero ya sabemos que no siempre tiene razón!
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